25 de septiembre de 2008

Mi ángel


Yo también tuve un ángel aunque me gustaría pensar que tal vez todavía lo tenga.

Apareció, sin llamarlo, una tarde de primavera de hace ya tres años.

Mi ángel era inteligente, alegre, en ocasiones payaso,

borde, egoista, injusto, sí también era esto.... ya sabeis... tampoco son perfectos.


Anhelaba sus apariciones, su charla, sus mensajes, sus historias.

Poco a poco me envolvió con sus alas y entonces... ya no pude escapar.


Sentía sus palabras... susurrando en mi oido,

sentía sus manos... acariciando mis hombros,

sentía su calor... pegado a mi espalda.

Lo veía sin estar dormida...

se adueñaba de mis nocturnos sueños...

incluso... no, eso queda sólo para mi.

Aparecía y desaparecía a su antojo y yo...

esperaba ansiosa que emergiera su saludo.

Era mi mundo paralelo... pero no por ello menos real,

era el mundo de mis sueños... era brisa fresca en mi vida.


Era mi ángel...

es mi ángel...

será siempre mi ángel...

pero ahora... no se donde está.


Tal vez un día aparezca...

batiendo, con elegancia, sus alas...

y yo espero que, nuevamente, me envuelva con ellas.


Fue la ilusión que dañó, antaño, mi corazón y

a pesar de todo, mi alma se niega a decirle adiós.


Ángel, mi querido ángel....¿dónde estás?



MJ Sago B25.09.08

17 de septiembre de 2008

La Guerrera herida



La luna luchaba por abrirse paso entre los densos y oscuros nubarrones que se habían adueñado de la noche.

Herida de flecha en un costado y con todo su cuerpo magullado, la Guerrera no avanza. Su cuerpo paralizado y su mente agotada, por las batallas, no responden a sus órdenes. En su soledad, sabe, percibe, que hay alguien más que controla sus pensamientos.

Dolor… el dolor la rompe, y el momento de retirarse, el momento de vivir como una anacoreta ha llegado.
Necesita curar sus heridas, recomponer su corazón, pensar en silencio, necesita aislarse de todos y de todo.

Debe escuchar la voz que clama en su interior, debe averiguar porqué el Mago se ha instalado en su mente, siempre presente, porqué lo siente, porqué lo sueña.

La Guerrera ya no puede luchar.

Alza sus ojos al cielo y el brillo de la luna atraviesa sus pupilas; lentamente cae en un profundo sopor fruto del cansancio y el Mago, su Mago, de nuevo aparece para velar en las sombras su descanso.


MJ Sago B17.09.08