Al fin llegó mi momento
y sólo tengo un deseo
que Dios me dé alas
para subir hasta el cielo
y jugar allí con las estrellas
como si fuera el recreo.
Desde el cielo brillaré
para cuidar a mi anhelo,
a mi esperanza, mi alegría,
a mi amor y mi tormento.
Siempre estaré allí
con mi alegre parpadeo,
con mi luz y mi sonrisa
ya para siempre en el cielo
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