
Cojo tu mano, acaricio tu frente,
no te abandono.
Velo tu sueño, beso tus ojos,
no te abandono.
Pelearás conmigo, sí niño mío pero…
no te abandono.
Seré tu sombra, seré tu guía,
no te abandono.
Siempre estaré cerca, no te preocupes,
jamás abandono.
“Te amo tanto, pero tanto, como para amarte y no ser amado, puesto que nada me place tanto como verte feliz”. (G.Sand)
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